José Ignacio Bailone volvió a sumar fuerte en el TS1800 y alcanzó el tercer puesto del certamen al llegar la primera mitad de calendario. El joven de Villa Nueva está en plena batalla por el campeonato luego de ser cuarto en San Nicolás, más allá de no poder sumar en dos fechas, una de ellas por ausencia.
Tras las pruebas comunitarias, Bailone estaba entre los de adelante pero no se veía como favorito para la pole position. De todas maneras, el andar del chasis suplió la falta de rendimiento en las rectas respecto de sus rivales, y se quedó con una apretada pole position.
Con perspectivas de seguir luchando por los puntos importantes, en la serie le tocó perder un puesto con Emiliano Urquiza, y eso lo hizo largar segundo en la competencia principal. Con el objetivo en descontar en el campeonato, el de Villa Nueva sabría que debía arriesgar para pensar en el podio.
La prueba final empezó bien pero un toque le dejó el auto complicado de llevar y si bien terminó cuarto y cerca de ser tercero, sabe que podía pelear por algo más. De todas formas es positivo para el campeonato porque ahora Bailone está tercero a 33 puntos, menos del máximo que se suma por fecha.
“Arrancamos un fin de semana bastante bueno y en la clasificación fue lo mejor de nuestra parte, al hacer la pole. En la serie una vez que me pasó Emiliano, no se lo podía seguir y se preveía una final bastante áspera”, aseguró Bailone.
Y agregó: “En la carrera intenté pasar a Renzo Testa, nos tocamos un poquito y mi auto quedó desalineado y perdimos varias posiciones. Después se dio una linda pelea con Juani Canela, aunque a mi entender barrió la pista un poquito demás. Lo perdoné bastante en las diferentes maniobras. Lo bueno es que sumamos bastantes puntos”.
Finalmente, apuntó: “Una vez que se retrasó Cavigliasso era cuestión de sumar para acercarnos un poco más. Agradezco a Esteban Pou por el motor, a todo mi equipo y mis sponsors por este presente”.
Mauro Calandria – Prensa José Bailone / Fotografía: Hernán Rodríguez
En una carrera de pocas emociones fuertes, Scott Dixon (Chip Ganassi Racing) se llevó la victoria en el marco de la segunda fecha de la IndyCar. Con estrategias en boxes y algunas superaciones, Agustín Canapino (Juncos Hollinger Racing) logró un buen 15º lugar.
Partiendo 20º, Canapino esperó banderas amarillas para jugar con las estrategias de boxes, pero en ningún momento o en casi ninguno se presentó una gran ganancia, a excepción de una donde salió medianamente bien. Llegó a estar 9º, pero terminó 15º tras la última parada. En su misma jugada estuvo Patricio O’Ward (McLaren), a quien venció en pista, con gran ritmo.
Long Beach no dejó mucho más que lo que se vio, con más fases lineales que de emociones.
En un típico final de superóvalos, Tyler Reddick (Toyota) logró encontrar el espacio para dominar la décima fecha de la NASCAR Cup Series en Talladega.
No fue un domingo fácil, porque si bien llegó a liderar doce vueltas, en la tercera etapa Reddick no estaba siendo del todo competitivo, pero el equipo 23XI Racing de Michael Jordan consiguió salir airoso y victorioso. El final estuvo identificado por un toque provocado por el líder Michael McDowell (Ford), en su afán por bloquear a sus adversarios a falta de pocos metros.
El ‘Big One’ apareció y Reddick esquivó mientras detrás se desató la locura de autos dañados. De esta forma se terminó una fase de mala suerte para una estructura que también tiene al piloto Denny Hamlin (Toyota) como co-propietario, aunque en su caso, terminó 37º tras un accidente. Hamlin, con dos victorias integrando el Joe Gibbs Racing, no ocultó su satisfacción por la victoria de su auto y por el fin de la mala fortuna.
El Mundial de Resistencia tuvo una verdadera carrera para todos los gustos en Imola, por la segunda fecha de la temporada. Kamui Kobayashi, Mike Conway y Nyck De Vries (Toyota) ganaron con el auto 7 sosteniéndose ante los embates de Porsche, y aprovechando una estrategia y clima cambiante que arruinó a Ferrari.
La largada vio a las 3 Ferrari tomar los primeros lugares, mientras en el pelotón GT3 se chocaron y el Porsche 91 golpeó contra la pared en plena recta de boxes. En los Hypercar, llegaron a la primera variante con incidentes, involucrándose un Peugeot, un Alpine y la peor parte para el BMW número 15, que volvió a pista después de una larga reparación.
El auto 51 de Ferrari AF Corse pasó a liderar, largando desde el tercer puesto, y en GT3 era el Porsche 92 del Manthey Racing el que comandaba todo. Pero el clima haría su ingreso en acción: lloviznas complicaron el andar de los pilotos y fue el Toyota número 7 con De Vries uno de los primeros en parar y poner gomas con dibujo. Ferrari intentó seguir pero la lluvia se hizo más fuerte y cuando pararon, quedaron del sexto hacia atrás, arruinando todas las chances de ganar y deleitar a los más de 70 mil fanáticos presentes, gran mayoría esperando ver prevalecer a los vigentes ganadores de las 24 Horas de Le Mans. Muchos despistes y toques generaron neutralizaciones y autos de seguridad, que poco hicieron para que Ferrari avance.
Luego vino la gran pelea por la GT3, donde el Manthey Racing se retrasó con el 92 y la lucha fue entre los BMW M4 GT3, en uno de ellos, Valentino Rossi con el 46. Si bien lideraron bastante tiempo, el rendimiento del auto 31 fue mejor con Maxime Martin y Augusto Farfus fundamentalmente, y el aporte de Sean Gelael en su segunda carrera en la divisional, llegaron a una estupenda victoria.
Kamui Kobayashi, a pesar de su experiencia, se encontró con situaciones desafiantes como el diluvio apenas se subió al auto, con gomas para piso seco, y luego fue uno de los que apostó a volver a las lisas para encarar la última fase con una gran reducción en el consumo de combustible. Esa estrategia permitió al Porsche numero 6 acercarse con Kevin Estre al mando, y cuando el Team Penske olía sangre y quería volver a ganar como en Lusail, el japonés aceleró y fue hacia el triunfo, a sabiendas de que tenía más ritmo en su Hypercar.