Alfredo Lestard completó la exigencia del TS1800 en Concordia, pero los resultados no fueron los esperados por el salteño. Llegó 13º pero penó bastante con el rendimiento, aunque nunca se bajaron los brazos para sumar buenos puntos.
La visita a Concordia no fue la ideal. Los resultados no aparecieron y junto al EB Pro Racing sacaron sus preocupaciones para intentar mejorar y tener un buen domingo. Se aprovecharon las tandas del viernes pero el sábado se puso cuesta arriba la situación. De todos modos, en clasificación quedó 15º.
En la mañana del domingo, el salteño debió largar en la primera serie, desde el octavo puesto. Tuvo una carrera bastante difícil, donde Marcos Bobbio y Andrés Maugeri fueron dos de los que más lucharon con él. Llegó séptimo, y eso lo dejó 13º en la grilla para la carrera final.
El espectáculo principal lo tuvo alejado de los puestos de adelante, pero nunca se rindió y sumó puntos para el campeonato, aunque sabía que el potencial esta vez no fue el ideal. Llegó como largó, 13º, y querrá revancha de cara a lo que viene.
“Estuvimos muy complicados todo el fin de semana, nunca encontramos la puesta a punto. Hicimos de todo. Tuve que largar desde atrás en la serie y no pudimos avanzar demasiado. En la final sabíamos que teníamos que esperarla, pero tuvimos un problema en la caja. Todo se sumó a algún error mío y estuvimos atrás. Llegamos y eso es importante porque hace dos fechas que no podíamos terminar. Vamos a pensar ya en Rafaela, porque no queda otra”, comentó tras la carrera.
Alfredo Lestard agradece a su equipo, su familia y a lo patrocinantes que tanto colaboran en este proyecto: La Rotonda Lácteos, Doña Bertina, Lario, Frigorífico El Aljibe, Yari Snacks, Dulcor, Vanoli, Petit Plast y Grupo Sancor Seguros José Luis Pusetto.
En una carrera de pocas emociones fuertes, Scott Dixon (Chip Ganassi Racing) se llevó la victoria en el marco de la segunda fecha de la IndyCar. Con estrategias en boxes y algunas superaciones, Agustín Canapino (Juncos Hollinger Racing) logró un buen 15º lugar.
Partiendo 20º, Canapino esperó banderas amarillas para jugar con las estrategias de boxes, pero en ningún momento o en casi ninguno se presentó una gran ganancia, a excepción de una donde salió medianamente bien. Llegó a estar 9º, pero terminó 15º tras la última parada. En su misma jugada estuvo Patricio O’Ward (McLaren), a quien venció en pista, con gran ritmo.
Long Beach no dejó mucho más que lo que se vio, con más fases lineales que de emociones.
En un típico final de superóvalos, Tyler Reddick (Toyota) logró encontrar el espacio para dominar la décima fecha de la NASCAR Cup Series en Talladega.
No fue un domingo fácil, porque si bien llegó a liderar doce vueltas, en la tercera etapa Reddick no estaba siendo del todo competitivo, pero el equipo 23XI Racing de Michael Jordan consiguió salir airoso y victorioso. El final estuvo identificado por un toque provocado por el líder Michael McDowell (Ford), en su afán por bloquear a sus adversarios a falta de pocos metros.
El ‘Big One’ apareció y Reddick esquivó mientras detrás se desató la locura de autos dañados. De esta forma se terminó una fase de mala suerte para una estructura que también tiene al piloto Denny Hamlin (Toyota) como co-propietario, aunque en su caso, terminó 37º tras un accidente. Hamlin, con dos victorias integrando el Joe Gibbs Racing, no ocultó su satisfacción por la victoria de su auto y por el fin de la mala fortuna.
El Mundial de Resistencia tuvo una verdadera carrera para todos los gustos en Imola, por la segunda fecha de la temporada. Kamui Kobayashi, Mike Conway y Nyck De Vries (Toyota) ganaron con el auto 7 sosteniéndose ante los embates de Porsche, y aprovechando una estrategia y clima cambiante que arruinó a Ferrari.
La largada vio a las 3 Ferrari tomar los primeros lugares, mientras en el pelotón GT3 se chocaron y el Porsche 91 golpeó contra la pared en plena recta de boxes. En los Hypercar, llegaron a la primera variante con incidentes, involucrándose un Peugeot, un Alpine y la peor parte para el BMW número 15, que volvió a pista después de una larga reparación.
El auto 51 de Ferrari AF Corse pasó a liderar, largando desde el tercer puesto, y en GT3 era el Porsche 92 del Manthey Racing el que comandaba todo. Pero el clima haría su ingreso en acción: lloviznas complicaron el andar de los pilotos y fue el Toyota número 7 con De Vries uno de los primeros en parar y poner gomas con dibujo. Ferrari intentó seguir pero la lluvia se hizo más fuerte y cuando pararon, quedaron del sexto hacia atrás, arruinando todas las chances de ganar y deleitar a los más de 70 mil fanáticos presentes, gran mayoría esperando ver prevalecer a los vigentes ganadores de las 24 Horas de Le Mans. Muchos despistes y toques generaron neutralizaciones y autos de seguridad, que poco hicieron para que Ferrari avance.
Luego vino la gran pelea por la GT3, donde el Manthey Racing se retrasó con el 92 y la lucha fue entre los BMW M4 GT3, en uno de ellos, Valentino Rossi con el 46. Si bien lideraron bastante tiempo, el rendimiento del auto 31 fue mejor con Maxime Martin y Augusto Farfus fundamentalmente, y el aporte de Sean Gelael en su segunda carrera en la divisional, llegaron a una estupenda victoria.
Kamui Kobayashi, a pesar de su experiencia, se encontró con situaciones desafiantes como el diluvio apenas se subió al auto, con gomas para piso seco, y luego fue uno de los que apostó a volver a las lisas para encarar la última fase con una gran reducción en el consumo de combustible. Esa estrategia permitió al Porsche numero 6 acercarse con Kevin Estre al mando, y cuando el Team Penske olía sangre y quería volver a ganar como en Lusail, el japonés aceleró y fue hacia el triunfo, a sabiendas de que tenía más ritmo en su Hypercar.