El piloto de Chovet estuvo en el lote de punta, peleando con los mejores y en el nivel adecuado, cosechando un podio en la final de la novena fecha del Turismo Agrupado Clase 2; en la restante carrera, lamentablemente el motor no permitió seguir.
Con mucho esmero, Mauricio Herrero se presentó en San Jorge y estuvo en la gran pelea por los primeros lugares en el TA Clase 2 de las Categorías Agrupadas Federadas. Luego de clasificar sexto para ambas carreras, en la primera avanzó y se llevó un merecido trofeo, donde la carrera fue muy disputada. En la segunda, estando en la misma línea, las cosas se complicaron y el impulsor se paró.
“Fue una de cal y una de arena en esta fecha doble, porque anduvimos muy bien en la primera final pero en la segunda se paró, volviendo a los problemas. No sabemos bien qué pasó. Si bien veníamos de hace tiempo con muy buenos parciales, siempre nos falta terminar de redondear el fin de semana. Para esta carrera trabajamos mucho en la alineación del motor, porque encontramos que lo teníamos un poquito cruzado y nos generaba problemas en los palieres”, comentó Herrero.
Y agregó: “El auto está para ganar pero la Clase 2 está muy difícil, con seis o siete autos de los cuales puede ganar cualquiera. Nos estaba costando el podio pero este domingo se nos dio. El conjunto es muy bueno y ahora esperemos que funcione todo perfecto. Siempre con mi motor hecho por la familia Scheitlin y la atención de Hernán Varela en el chasis, con amortiguadores de Gustavo Ianni y carburadores de Adrián Mattei, esperamos ansiosos la próxima, esperando que la rotura del motor no sea tan grave. Ya estamos con el auto desarmado y súper enchufados. Tenemos fe de que antes de fin de año vamos a volver a ganar, sabemos que el auto es bueno”.
Finalmente, el de Chovet afirmó: “Estamos muy justos con el presupuesto pero daremos todo por estar presentes. Agradezco a todos los integrantes del equipo y a los sponsors: Agroquimia, R.Curia, Kiosco Mami, Gomería El Comandante y a toda la gente de Chovet que está apoyando”.
En una carrera de pocas emociones fuertes, Scott Dixon (Chip Ganassi Racing) se llevó la victoria en el marco de la segunda fecha de la IndyCar. Con estrategias en boxes y algunas superaciones, Agustín Canapino (Juncos Hollinger Racing) logró un buen 15º lugar.
Partiendo 20º, Canapino esperó banderas amarillas para jugar con las estrategias de boxes, pero en ningún momento o en casi ninguno se presentó una gran ganancia, a excepción de una donde salió medianamente bien. Llegó a estar 9º, pero terminó 15º tras la última parada. En su misma jugada estuvo Patricio O’Ward (McLaren), a quien venció en pista, con gran ritmo.
Long Beach no dejó mucho más que lo que se vio, con más fases lineales que de emociones.
En un típico final de superóvalos, Tyler Reddick (Toyota) logró encontrar el espacio para dominar la décima fecha de la NASCAR Cup Series en Talladega.
No fue un domingo fácil, porque si bien llegó a liderar doce vueltas, en la tercera etapa Reddick no estaba siendo del todo competitivo, pero el equipo 23XI Racing de Michael Jordan consiguió salir airoso y victorioso. El final estuvo identificado por un toque provocado por el líder Michael McDowell (Ford), en su afán por bloquear a sus adversarios a falta de pocos metros.
El ‘Big One’ apareció y Reddick esquivó mientras detrás se desató la locura de autos dañados. De esta forma se terminó una fase de mala suerte para una estructura que también tiene al piloto Denny Hamlin (Toyota) como co-propietario, aunque en su caso, terminó 37º tras un accidente. Hamlin, con dos victorias integrando el Joe Gibbs Racing, no ocultó su satisfacción por la victoria de su auto y por el fin de la mala fortuna.
El Mundial de Resistencia tuvo una verdadera carrera para todos los gustos en Imola, por la segunda fecha de la temporada. Kamui Kobayashi, Mike Conway y Nyck De Vries (Toyota) ganaron con el auto 7 sosteniéndose ante los embates de Porsche, y aprovechando una estrategia y clima cambiante que arruinó a Ferrari.
La largada vio a las 3 Ferrari tomar los primeros lugares, mientras en el pelotón GT3 se chocaron y el Porsche 91 golpeó contra la pared en plena recta de boxes. En los Hypercar, llegaron a la primera variante con incidentes, involucrándose un Peugeot, un Alpine y la peor parte para el BMW número 15, que volvió a pista después de una larga reparación.
El auto 51 de Ferrari AF Corse pasó a liderar, largando desde el tercer puesto, y en GT3 era el Porsche 92 del Manthey Racing el que comandaba todo. Pero el clima haría su ingreso en acción: lloviznas complicaron el andar de los pilotos y fue el Toyota número 7 con De Vries uno de los primeros en parar y poner gomas con dibujo. Ferrari intentó seguir pero la lluvia se hizo más fuerte y cuando pararon, quedaron del sexto hacia atrás, arruinando todas las chances de ganar y deleitar a los más de 70 mil fanáticos presentes, gran mayoría esperando ver prevalecer a los vigentes ganadores de las 24 Horas de Le Mans. Muchos despistes y toques generaron neutralizaciones y autos de seguridad, que poco hicieron para que Ferrari avance.
Luego vino la gran pelea por la GT3, donde el Manthey Racing se retrasó con el 92 y la lucha fue entre los BMW M4 GT3, en uno de ellos, Valentino Rossi con el 46. Si bien lideraron bastante tiempo, el rendimiento del auto 31 fue mejor con Maxime Martin y Augusto Farfus fundamentalmente, y el aporte de Sean Gelael en su segunda carrera en la divisional, llegaron a una estupenda victoria.
Kamui Kobayashi, a pesar de su experiencia, se encontró con situaciones desafiantes como el diluvio apenas se subió al auto, con gomas para piso seco, y luego fue uno de los que apostó a volver a las lisas para encarar la última fase con una gran reducción en el consumo de combustible. Esa estrategia permitió al Porsche numero 6 acercarse con Kevin Estre al mando, y cuando el Team Penske olía sangre y quería volver a ganar como en Lusail, el japonés aceleró y fue hacia el triunfo, a sabiendas de que tenía más ritmo en su Hypercar.