Joel Borgobello decidió conducir su Clio de Clase 2 de Turismo Nacional en San Luis esperando por seguir desarrollando el Peugeot 208 paralelamente.
El piloto de Timbúes, pionero en correr un 208 en TN, volverá a manejar su Clio, siempre atendido por el Giacone Competición de Casilda. El Peugeot será avanzado cuando se pueda, y la idea de Borgobello es mantenerse en los primeros planos. Con el Peugeot logró destellos de gran rendimiento pero aún en las cuatro carreras que tiene el auto no se pudo estabilizar.
“A partir de San Luis volveremos a competir con el Renault Clio, mientras se realizarán algunas modificaciones en el Peugeot 208 en búsqueda de mejorar su rendimiento. Buscaremos recuperar el protagonismo que hemos perdido en las últimas competencias y, paralelo a nuestra incursión con el Renault Clio, continuaremos nuestro trabajo con el Peugeot 208 para devolverlo a pista a la brevedad”, aseguró el volante de Timbúes.
Y completó: “Es un interesante desafío que queremos mantener, aunque para volver con renovadas expectativas buscaremos mejorar el rendimiento del auto con una serie de trabajos que se han programado especialmente para ello”.
En San Luis se verá el Clio con nuevos colores, tal como se puede ver en la imagen que acompaña la nota.
En una carrera de pocas emociones fuertes, Scott Dixon (Chip Ganassi Racing) se llevó la victoria en el marco de la segunda fecha de la IndyCar. Con estrategias en boxes y algunas superaciones, Agustín Canapino (Juncos Hollinger Racing) logró un buen 15º lugar.
Partiendo 20º, Canapino esperó banderas amarillas para jugar con las estrategias de boxes, pero en ningún momento o en casi ninguno se presentó una gran ganancia, a excepción de una donde salió medianamente bien. Llegó a estar 9º, pero terminó 15º tras la última parada. En su misma jugada estuvo Patricio O’Ward (McLaren), a quien venció en pista, con gran ritmo.
Long Beach no dejó mucho más que lo que se vio, con más fases lineales que de emociones.
En un típico final de superóvalos, Tyler Reddick (Toyota) logró encontrar el espacio para dominar la décima fecha de la NASCAR Cup Series en Talladega.
No fue un domingo fácil, porque si bien llegó a liderar doce vueltas, en la tercera etapa Reddick no estaba siendo del todo competitivo, pero el equipo 23XI Racing de Michael Jordan consiguió salir airoso y victorioso. El final estuvo identificado por un toque provocado por el líder Michael McDowell (Ford), en su afán por bloquear a sus adversarios a falta de pocos metros.
El ‘Big One’ apareció y Reddick esquivó mientras detrás se desató la locura de autos dañados. De esta forma se terminó una fase de mala suerte para una estructura que también tiene al piloto Denny Hamlin (Toyota) como co-propietario, aunque en su caso, terminó 37º tras un accidente. Hamlin, con dos victorias integrando el Joe Gibbs Racing, no ocultó su satisfacción por la victoria de su auto y por el fin de la mala fortuna.
El Mundial de Resistencia tuvo una verdadera carrera para todos los gustos en Imola, por la segunda fecha de la temporada. Kamui Kobayashi, Mike Conway y Nyck De Vries (Toyota) ganaron con el auto 7 sosteniéndose ante los embates de Porsche, y aprovechando una estrategia y clima cambiante que arruinó a Ferrari.
La largada vio a las 3 Ferrari tomar los primeros lugares, mientras en el pelotón GT3 se chocaron y el Porsche 91 golpeó contra la pared en plena recta de boxes. En los Hypercar, llegaron a la primera variante con incidentes, involucrándose un Peugeot, un Alpine y la peor parte para el BMW número 15, que volvió a pista después de una larga reparación.
El auto 51 de Ferrari AF Corse pasó a liderar, largando desde el tercer puesto, y en GT3 era el Porsche 92 del Manthey Racing el que comandaba todo. Pero el clima haría su ingreso en acción: lloviznas complicaron el andar de los pilotos y fue el Toyota número 7 con De Vries uno de los primeros en parar y poner gomas con dibujo. Ferrari intentó seguir pero la lluvia se hizo más fuerte y cuando pararon, quedaron del sexto hacia atrás, arruinando todas las chances de ganar y deleitar a los más de 70 mil fanáticos presentes, gran mayoría esperando ver prevalecer a los vigentes ganadores de las 24 Horas de Le Mans. Muchos despistes y toques generaron neutralizaciones y autos de seguridad, que poco hicieron para que Ferrari avance.
Luego vino la gran pelea por la GT3, donde el Manthey Racing se retrasó con el 92 y la lucha fue entre los BMW M4 GT3, en uno de ellos, Valentino Rossi con el 46. Si bien lideraron bastante tiempo, el rendimiento del auto 31 fue mejor con Maxime Martin y Augusto Farfus fundamentalmente, y el aporte de Sean Gelael en su segunda carrera en la divisional, llegaron a una estupenda victoria.
Kamui Kobayashi, a pesar de su experiencia, se encontró con situaciones desafiantes como el diluvio apenas se subió al auto, con gomas para piso seco, y luego fue uno de los que apostó a volver a las lisas para encarar la última fase con una gran reducción en el consumo de combustible. Esa estrategia permitió al Porsche numero 6 acercarse con Kevin Estre al mando, y cuando el Team Penske olía sangre y quería volver a ganar como en Lusail, el japonés aceleró y fue hacia el triunfo, a sabiendas de que tenía más ritmo en su Hypercar.